Los "Cuentacuentos", un recurso de divulgación y puesta en valor para el agua

Antonio Castillo Martín (1), David Oya Muñoz (2)

(1) Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-UGR) e Instituto del Agua de la Universidad de Granada
(2) Ambientólogo

En 2012 se publicó el libro La Sierra del Agua, un canto al agua y a los últimos serranos de Cazorla y Segura, realizado por investigadores del CSIC y la Universidad de Granada, firmantes de esta breve nota. Previamente habían llevado a cabo labores de catalogación de los manantiales de esas extensas sierras para el proyecto "Conoce tus Fuentes". Ese trabajo les permitió comprobar, con gran pesar, cómo se iba extendiendo el desconocimiento, desapego y abandono hacia las fuentes. Fuentes que ya no cumplían funciones básicas para una población rural casi extinta, mientras que una mayoría de visitantes y turistas no habían tenido la oportunidad de conocer el abundante y variado patrimonio hídrico de estos territorios. De este modo, y siguiendo el sentir de otros muchos sobre la relación hombre-naturaleza, concluimos que: Sin sus hombres y mujeres, las fuentes son sólo agua. Y para contribuir modestamente a rescatar del olvido y poner en valor esas aguas, recopilamos 80 viejas historias de hombres y mujeres junto al agua.

La Sierra del Agua (Castillo y Oya, 2012; figura 1) es un trabajo de divulgación de los valores ambientales, socio-económicos, históricos, culturales y etnográficos del agua, que se sirve del recurso de contar historias. La divulgación científica es posiblemente uno de los mayores déficits que ha tenido la Ciencia española de las últimas décadas. Hasta hace poco tiempo estaba relativamente menospreciada entre los científicos, al tiempo que, aunque pudiera parecer lo contrario, no era tarea fácil de llevar a cabo para aquellos que osaban dedicarse a ella. La experiencia ha demostrado que uno de los mejores recursos para divulgar y enseñar lo constituyen los juegos, las películas y los cuentos. De forma que, distraídamente, con normalidad, entreteniendo y sin mayor esfuerzo van incorporándose saberes del mundo que nos rodea.

A lo largo del texto son muchos los pasajes donde se aportan conocimientos sobre las aguas subterráneas y los manantiales, con palabras y expresiones que hemos intentado fueran lo más sencillas posibles. Nada mas empezar, en la primera historia, se trata de un excepcional reventón que tuvo lugar en 1912 (un trop plein en el argot científico), episodios habituales en estas montañas calizas del Prebético español. La segunda historia aborda varios conceptos y equívocos comunes sobre la calidad de las aguas subterráneas, a través de un relato de sugestivo título: Todos los que beben de esta fuente se mueren. Y así, poco a poco, van desfilando historias que muestran multitud de aspectos ligados a las aguas subterráneas, como la formación del karst y de los travertinos, los aportes vivificadores de nacimientos y de las descargas ocultas a ríos, las intermitencias de caudal, la importancia de la geología en la ubicación de las surgencias, la influencia de la evapotranspiración en los flujos subsuperficiales o la generación de aguas termales y salinas... Aparte de ello, algunas historias aprovechan conversaciones con serranos para mostrar de forma monográfica temas de actualidad, como las causas de la desaparición de fuentes serranas o el cambio climático. Y a lo largo de todo el texto se reivindica el papel patrimonial del agua, especialmente en lo referente a sus vertientes históricas, culturales y etnográficas.

Las aguas de las sierras de Cazorla y Segura han cambiado mucho en el último medio siglo. La recarga por infiltración ha descendido, la fracción de fusión de nieve es menor, la evapotranspiración se ha incrementado (han aumentado las temperaturas y, muy notablemente, la cobertera vegetal), los consumos han crecido extraordinariamente y, sobre todo, han entrado en acción las inevitables afecciones de los bombeos de aguas subterráneas. Pero quizás el cambio más drástico y emotivo para los viejos serranos haya sido el del uso del territorio y sus aguas. Hace apenas seis décadas vivían todavía en la Sierra muchas gentes que conocían, querían y mimaban las fuentes y sus aguas (¡vivían de ellas!). Hoy sumidas en el olvido y el abandono.

Es mucho lo que queda por hacer por la puesta en valor de las aguas subterráneas y los manantiales de Andalucía, especialmente en concienciación y educación. Con seguridad, otros vendrán a coger el testigo del conocimiento y la divulgación, para que la estima por "el agua que brota de manantial sereno", en palabras de Machado, no pare nunca de correr. Como aquellas aguas del nacimiento del río Guadalquivir en Cazorla que visitara el universal poeta el 28 de mayo de 1915, y que glosó en estos bellos versos:

Un borbollón de agua clara,

debajo de un pino verde,

eras tú, ¡qué bien sonabas!

 

Referencias

Castillo, A. y Oya, D. (2012): La Sierra del Agua. Editorial Universidad de Granada. 361 p.

Portada La Sierra del AguaFigura 1. Portada del libro, editado por el servicio de publicaciones de la Universidad de Granada, y cuyos autores son investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad de Granada