Agua y arte contemporáneo. Mirar (y crear) a través de esferas de agua

Esther Moñivas Mayor

Dra. en Historia del Arte Contemporáneo (UCM) y Conservadora-Restauradora de Bienes Culturales (ESCRBCM)

El agua constituye un elemento estético y técnico fundamental desde las primeras producciones artísticas humanas hasta nuestros días. La evolución del arte y de la cultura contemporánea a lo largo del siglo XX han situado a esta materia en un lugar particularmente privilegiado para la experimentación plástica y visual. Pero ¿a qué se debe este interés renovado de los artistas hacia el agua en las últimas décadas?

Olafur Eliasson, Beauty, 1993. ©Olafur Eliasson 2013. Cortesía del artista. Olafur Eliasson, Beauty, 1993. ©Olafur Eliasson 2013. Cortesía del artista.

Frente a la tecnificación y la desmoralización del mundo moderno, el agua parece proporcionar una vía elemental para volver a conocer el mundo, para sentirlo físicamente, para aproximarse a la temporalidad de todo lo que nos rodea. El carácter terapéutico y sanador de esta materia, reconocido en todas las culturas y religiones, no sólo conecta al ciudadano actual con la base primigenia del alivio y la limpieza, sino que le invita a una exploración –espiritual, emocional, intelectual, lúdica- del rico legado simbólico y cultural acumulado a lo largo de los siglos.

Monika Weiss, Ennoia, 2002. Instalación - performance. Diapason Gallery, Nueva York. Foto: Hermann Feldhaus. ©Monika Weiss 2013. Cortesía de la artista. Monika Weiss, Ennoia, 2002. Instalación - performance. Diapason Gallery, Nueva York. Foto: Hermann Feldhaus. ©Monika Weiss 2013. Cortesía de la artista.

Diseñadores, arquitectos, científicos, ingenieros y artistas vienen compartiendo la fascinación por su estructura, su movimiento y sus propiedades. La figura de Leonardo da Vinci parece volver a emerger hoy a través del número creciente de proyectos colaborativos que con su desarrollo cuestionan la estructuración fragmentada del conocimiento en la cultura occidental. En este sentido, el propio flujo del agua y la interconectividad de sus distintos estados en el planeta parecen constituir la mejor metáfora visual del pensamiento humano y de la convergencia mundial del conocimiento.

Diller + Scofidio, Blur building, 2002. Lago Neuchatel, Yverdon-les-Bains, Suiza. ©Diller + Scofidio 2013. Diller + Scofidio, Blur building, 2002. Lago Neuchatel, Yverdon-les-Bains, Suiza. ©Diller + Scofidio 2013.

Pero si el agua ha pasado a ser uno de los principales temas sobre los que reflexionan los artistas contemporáneos es en gran medida debido a su vínculo intrínseco con la vida y con la muerte. Desde la década de 1960 la ecología ha aportado contenidos éticos y políticos a un amplio conjunto de obras de arte basadas en la temática hídrica, que desde su contexto han querido llamar la atención sobre las desigualdades del sistema de reparto y la crisis medioambiental que afecta a este bien común, aportando vías para el debate o la reflexión y en algunos casos soluciones prácticas.

Jackie Brookner, The gift of water, 2001. ©Jackie Brookner 2013. Cortesía de la artista. Jackie Brookner, The gift of water, 2001. ©Jackie Brookner 2013. Cortesía de la artista.

Hans Haacke, Ana Mendieta, Joseph Beuys, Pier Paolo Calzolari, Betsy Damon, The Harrisons, Gyula Kosice, Pino Pascali, Fabrizio Plessi, Klaus Rinke, Bill Viola o Robert Smithson son sólo algunos de los artistas que han trabajado y trabajan con este medio. Sus obras constituyen un importante medio de agitación social y de concienciación de la opinión pública, al tiempo que contribuyen decisivamente a enriquecer y actualizar nuestra “cultura del agua”.

La artista alemana Claudia Sckmacke parecía condensar así en este breve texto la fascinación atemporal del ser humano hacia este elemento, y el deseo de recuperar la conciencia social de su importancia −inevitablemente observada a principios del siglo XXI desde la sombra de la eminente crisis mundial−:

«Se manifiesta en diversas formas: como piedra de granizo, copo de nieve, bloque de hielo, niebla, nube, gota, arroyo, río, océano. Es un elemento, un compuesto elemental y una fórmula simple de complejas dimensiones. Se presenta como espejo, remolino, ola, inundación. Se eleva y cae, se evapora y desciende. Si se intentan confinar sus movimientos serpenteantes, tiende a romper las barreras. […] Sentimos su pulsación en nuestro interior. Es el elixir de la vida y un sinónimo virtual de ésta. En exceso o en ausencia proporciona una muerte rápida −ahogarse o morir de sed−. Sin agua la voz no encontraría sonido, la lengua se pegaría al paladar. También los ojos caerían secos, inelásticos y sin brillo de sus cavidades; vemos el mundo a través de esferas de agua»[i].

 

Referencias

MOÑIVAS MAYOR, Esther. Presencias hídricas en el arte contemporáneo. Una perspectiva desde la semántica material. [Tesis doctoral inédita]. Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 2011.




[i]  SCHMACKE, Claudia. “Artist Statement” [fragmento]. Correspondencia inédita con la artista, 9/2/2010. [Traducción de la autora]